Con una trayectoria de una década en el mundo del tarot, mi práctica es el resultado de un aprendizaje profundo y una dedicación inquebrantable. Bajo la tutela de una mentora excepcional, mi camino se ha forjado con disciplina, desembocando en una vocación de ayuda y servicio.
La llegada de tiempos desafiantes marcó un punto de inflexión en mi carrera: la pandemia mundial me llevó a profesionalizarme. Desde entonces, he servido de ayuda para aquellos que necesitaban saber o profundizar en su autonocimiento, mejorando la toma de decisiones.
Mi sed de conocimiento me ha llevado a explorar horizontes espirituales más allá del tarot, sumergiéndome en la astrología, y en la meditación. Agradezco infinitamente el apoyo y la protección de mi familia y mis guías, cuyo respaldo ha sido esencial para mi práctica.
Mi enfoque en el tarot es eminentemente pragmático y espiritual, brindando lecturas auténticas y directas. Mis estándares éticos y morales son inquebrantables, y mi compromiso con la honestidad y la transparencia es férreo. No es mi estilo adornar la verdad; mi lealtad a la realidad de las cartas es pura y sin ambages.
Consciente del poder de las palabras y de la influencia que estas pueden tener, rechazo cualquier práctica que pueda causar daño, como amarres o rituales perjudiciales. Mi objetivo es siempre el bienestar del consultante, manteniendo una ética profesional intachable, la confidencialidad absoluta y un respeto inmutable por cada individuo.
En cada encuentro, hago uso de la empatía, procurando ser un guía y un apoyo en la tormenta, conectando con el consultante, creando un espacio de confianza y confort.
Cada sesión es personalizada, con significados e interpretaciones diseñados para proporcionar la guía precisa que se necesita. Mi compromiso es ofrecer una experiencia de transformación personal a través de las lecturas de tarot, impulsando a cada persona hacia la autorrealización y la conquista de sus aspiraciones.